La importancia de la nutrición y el pH en odontología

by | 7 de jul, 2020 | Dieta y Nutrición, Salud bucal e higiene

El siguiente artículo fue escrito por Danielle Oexman, RDH, para completar los requisitos para convertirse en Higienista Biológica Certificada por la IABDM. ¡Felicidades, Daniela!

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“¡La higienista habló conmigo sobre nutrición en mi limpieza!”

Sí, has leído bien. Los higienistas dentales están capacitados para hablar sobre nutrición con los pacientes, especialmente en un consultorio biológico.

A menudo se piensa en la nutrición como algo que puede afectar el aspecto general de una persona, pero ¿sabías que también afecta mucho a tu boca? No se suele pensar que la boca está conectada con el resto del cuerpo, pero piénsalo: ¡lo está! Cuando se atiende a un paciente en un consultorio biológico, el equipo clínico observa cómo la boca del paciente afecta todo su cuerpo, y una gran parte de lo que afecta la boca del paciente es su nutrición.

Una de las formas más importantes en que la nutrición afecta la boca es cambiando el pH de la saliva. Un rango de pH oral normal y saludable es de 6.8 a 7.0. Cada vez que se pone algo en la boca, la saliva se vuelve alcalina, ácida o permanece neutra según el pH de la comida/bebida y la reacción del cuerpo. En Clinical Nutrition for Biological Dentistry, el Dr. Rehme analiza cómo la dieta debe estar compuesta de alrededor de 60 a 70 % de alimentos alcalinos y de 30 a 40 % de alimentos ácidos. Sin embargo, este no suele ser el caso, ya que la dieta estadounidense se ha convertido en una dieta mucho más ácida que alcalina.1

¿Qué sucede cuando la saliva se vuelve más ácida o alcalina? La investigación ha demostrado que el riesgo de caries dental y enfermedad periodontal aumenta considerablemente. Se ha demostrado que un pH saludable de 7.0 tiene un riesgo muy bajo de caries y poca o ninguna presencia de cálculo. Se ha demostrado que un pH por debajo de 7.0, o pH ácido, provoca un riesgo mucho mayor de caries dental, enfermedad periodontal crónica e incluso halitosis. Se ha descubierto que un pH superior a 7, o pH alcalino, causa una acumulación significativa de placa que puede causar gingivitis crónica.2

Una de las mejores formas en que un higienista puede ayudar a sus pacientes a lograr un pH más neutro cambiando su nutrición es haciendo pequeñas recomendaciones que el paciente pueda cumplir. Dado que casi ningún alimento tiene un pH neutro, una de las principales prioridades en las que debe centrarse cuando se habla de nutrición es disminuir la frecuencia de alimentos/bebidas ácidas. Cuando se pone algo en la boca, el cuerpo generalmente tarda de 20 a 30 minutos en compensar el nuevo pH y volver a ajustarlo a su estado normal. Tomemos refrescos por ejemplo. La soda tiene un pH promedio de 5.5 o menos, lo que significa que es muy ácida. Si un paciente está bebiendo un refresco todo el día, o aumentando la frecuencia, su saliva entrará en un rango muy ácido y no podrá regularse de nuevo a un rango normal. Como se discutió anteriormente, si la saliva se mantiene constantemente ácida, el riesgo de caries y el riesgo de enfermedad periodontal aumentan drásticamente. Para esto, se puede hacer una recomendación para limitar la exposición a los refrescos solo con las comidas.

¿Qué sucede cuando un paciente tiene una gran nutrición pero su saliva sigue siendo ácida? Una de las opciones de tratamiento más básicas serían los enjuagues con bicarbonato de sodio. Las investigaciones han demostrado que enjuagar con media cucharada de bicarbonato de sodio por cada 50 ml de agua al día puede ayudar a elevar el pH a niveles saludables.3 Los enjuagues de bicarbonato de sodio también pueden tener un efecto antiinflamatorio en la boca. Al recomendar el uso diario de enjuagues con bicarbonato de sodio, se puede disminuir el riesgo de caries y enfermedad periodontal del paciente. Estas recomendaciones pueden parecer pequeñas pero pueden tener grandes beneficios para la salud general de la boca.
 


 

Referencias

  1. Rehme, M., DDS. (Dakota del Norte). Nutrición Clínica para Odontología Biológica.
  2. Baliga, S., Muglikar, S. y Kale, R. (2013, julio). pH salival: un biomarcador de diagnóstico. Obtenido de https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3800408/
  3. Chandel, S., Khan, M., Singh, N., Agrawal, A. y Khare, V. (2017). El efecto del enjuague oral con bicarbonato de sodio sobre el pH salival y la microflora oral: un estudio de cohorte prospectivo. Obtenido de https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5773983/

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